Neuroeducación, Neurodidáctica y NeuroEF

La Neuroeducación es una nueva visión de la enseñanza, basada en el cerebro o más que en el cerebro en la neurociencia, que es la disciplina que estudia el desarrollo, estructura, función, farmacología y patología del sistema nervioso, donde el cerebro es el órgano más importante. 

Francisco Mora, en su libro Neuroeducación en su libro, define neuroeducación como la forma de tomar ventaja de los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro, integrados con la psicología, la sociología y la medicina en un intento por mejorar y potenciar tanto los procesos de aprendizaje y memoria de los estudiantes como el proceso de enseñar por parte del docente.

La Neuroeducación incluye ayudar a detectar procesos psicológicos o cerebrales que puedan interferir con el aprendizaje y la memoria con la educación.

Puestos a recomendar libros, sin duda, otros dos libros que recomiendo son los de mis colegas y amigos Irene Pellicer (NeuroEF) y el de Jesús Guillén (de escuelaconcerebro, titulado Neuroeducación en el aula)

 
Figura 1. Componentes metodológicos para el aprendizaje y evaluación según los aportes neurocientíficos (tomada y adaptada de Pellicer et al., 2015).

 

Existen evidencias entre un aumento de la actividad física y una mejora del rendimiento académico. Y muchas. Y no solo el rendimiento académico, es decir, las notas o el conocimiento en matemáticas, lengua, geografía o historia, sino lo que aún es más impactante e importante con el rendimiento cognitivo, es decir, con las funciones cognitivas del cerebro, como razonamiento verbal y no verbal, percepción especial, habilidades relacionadas con las matemáticas… También con las funciones ejecutivas, las funciones más complejas que realiza el cerebro y que nos diferencian de los animales, como la resolución de problemas, memoria de trabajo o explícita (aquella que se encuentra en la corteza prefrotal), memoria a largo plazo, la que se relaciona con el hipocampo, con la flexibilidad cognitiva, control inhibitorio, etc.

Pero lo que aún es más determinante y hemos visto que tiene relación directa, gracias a la neuroimagen, es la relación de la actividad física y condición física con las estructuras, mayor flujo sanguíneo, mayor materia gris, mayor plasticidad cerebral en las estructuras que sabemos se dan este tipo de funciones cognitivas, con lo que independientemente si el niño, el adolescente o el adulto realiza o no un buen test o cuestionario de los que llamamos, de inteligencia… su cerebro está mejor preparado para realizar estas funciones, lo que va a repercutir y por supuesto favorecer el aprendizaje.

Sabemos por ejemplo que los niños que poseen mejores niveles de condición física, poseen mayores volúmenes del hipocampo, una estructura del cerebro que se ha visto tiene relación con la memoria.

También sabemos que la actividad física favorece la producción de BDNF o factor neurotrófico derivado del cerebro. Esta molécula, lo que hace, es favorecer la producción de nuevas neuronas (lo que llamamos neurogénesis) y nuevas conexiones entre las neuronas existentes (es decir, sinaptogénesis). Y es que una neurona puede unirse con otras o dicho de otra forma crear sinapsis entre neuronas de 1000 a 10.000. Una gran diferencia si tenemos en cuenta que tenemos alrededor de 2 billones (con b) de neuronas en nuestro cerebro. Y lo que está claro es que un cerebro con mayor número de neuronas, es decir, con un conectoma o red neuronal con mayor neuronas, será más plástico, será más potente para resolver problemas, para memorizar, para asociar conceptos, etc. Es decir, estará mejor preparado para aprender.

Siempre pongo este ejemplo a mis alumnos… si tenemos que llegar desde un punto o una ciudad a otra en el menor tiempo posible por carretera, que es mejor llevar un Mercedes con 220 caballos o ir en bicicleta o en un coche de menor cilindrada. Igual pasa a la hora de resolver un problema o memorizar un texto.

Otra metáfora que también suelo poner a mis alumnos para que entienda este proceso de neurogénesis y sinaptogénesis es cuando vemos un árbol de hoja caduca en otoño y ese mismo árbol frondoso en primavera, con muchas hojas y frutos. Si no hacemos actividad física diaria y mejoramos nuestro nivel de condición física, posiblemente nuestro cerebro permanezca con ese árbol de hoja caduca en otoño o inverno.

Figura 2. Metáfora de conexiones neuronales y cerebro con un árbol.

 

Además de crear mayores cantidades de BDNF con la actividad física, también sabemos que el ejercicio favorece la producción de neurotransmisores y hormonas que sabemos se relacionan por ejemplo con la motivación y perseverancia, caso de la dopamina; con la sensación de bienestar y euforia, casos de la adrenalina y serotonina; con el vínculo, caso de la oxitocina, etc. lo que hace, sin duda, que ese proceso de enseñanza-aprendizaje se vea favorecido.

Las recomendaciones mundiales de salud, así como las asociaciones del corazón recomiendan realizar de 60 a 90 minutos de actividad física diaria y esta actividad física, debe ser de moderada a intensa. Y es que lo que es bueno para el músculo es bueno para el cerebro. Sin entrar en detalles, lo que estamos viendo con nuestro estudios, por ejemplo con el Proyecto ActiveBrains, un proyecto que estamos realizando en Granada con más de un centenar de niños de entre 9 y 11 años de edad, es que lo que realmente influye en el cerbero, más que la actividad física, es la mejor condición física. Los expertos en actividad física y deporte, sabemos que estos dos conceptos hay que separarlos y estudiarlos por separado. Ya que podemos hacer mucha actividad física, andar durante varias horas todos los días a paso muy suave… pero no estaremos mejorando nuestro nivel de condición física. O este otro ejemplo… un portero de fútbol, durante un partido de 90 minutos al que solo le llegan 2 o 3 tiros a puerta, no estará contribuyendo a mejorar su nivel de condición física igual que un niño que durante 90 minutos está jugando en el parque a juegos de persecución con sus amigos, corriendo o montando en bicicleta los 60 minutos.

En los últimos años se le está dando mucha importancia al trabajo de alta intensidad (HIT). Es una realidad que es bueno para mejorar nuestro nivel de condición física y de forma controlada, no tiene ningún riesgo añadido, ni en niños y adolescentes, ni en adultos. El miedo de sufrir episodios adversos o desmayos a nivel cardiometabólico mientras se realizan ejercicios de alta intensidad, debe ser erradicado. Ya hay estudios que comparan este tipo de entrenamientos con el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares adversos agudos durante este tipo de entrenamientos, indicando que este riesgo es muy bajo, aunque si bien es cierto, que es cinco veces más alto que mientras se practica actividad física continua de intensidad moderada. No obstante, según un metaanálisis reciente de estudios con intervenciones de entrenamientos con ejercicios de alta intensidad en pacientes con enfermedad cardiometabólica crónica inducida por el estilo de vida (enfermedad arterial coronaria, insuficiencia cardíaca, hipertensión, síndrome metabólico y obesidad) no hubo episodios negativos relacionados con el entrenamiento y demostró que el entrenamiento de alta intensidad (ejercicios anaeróbicos) proporcionó casi el doble de la mejoría en la capacidad cardiorrespiratoria (en el VO2máx., un fuerte predictor de mortalidad) comparado con el entrenamiento recibido por otro grupo con ejercicios aeróbicos continuos de intensidad moderada (19,4% versus 10,3% de aumento en consumo máximo de oxígeno o VO2máx).

Otros datos de interés relacionados con la condición física y la salud mental

En un estudio realizado con más de 1 millón de suecos, se ha visto que el bajo nivel de condición física en adolescentes está relacionado con enfermedades mentales, episodios de suicidio o intentos en edad adulta. Sabemos que el suicidio es la primera causa de muerte en el mundo (junto con la enfermedad cardiovascular). La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que unas 3.000 personas se suicidan a diario en el mundo y 1,1 millones al año, lo que significa que cada tres segundos alguien se quita la vida. Pero estos datos podrían ser aún más escalofriantes ya que por cada persona que se quita la vida, 20 o más han intentado hacerlo. Según la OMS, el promedio de suicidios se ha incrementado en un 60% en los últimos 50 años, en particular en los países en desarrollo. Asimismo, la OMS pone énfasis en que cada suicidio o tentativa provoca una devastación emocional entre familiares y amigos, un impacto que puede perdurar muchos años. La lectura científica de estos resultados no es que tener bajo nivel de condición física o fuerza sea equivalente a un intento de suicidio (efecto-causa), sino que este puede estar asociado a ciertos problemas o trastornos futuros relacionados con la salud social, psicológica, mental o física, que pueden llevar a la persona a tomar esta desdichada solución.

 

¿Cómo funciona el cerebro de un adolescente? David Bueno, Biólogo y Genetista. La EF, la Música y la Educación plástica deben ser los ejes principales de la educación, son los aprendizajes más transversales que hay.

 
 
Proyecto Active Brains, en Canal Sur Televisión.

 
Entrevista a Irene Pellicer, autora del libro NeuroEF

 

Y es que ya lo decían nuestos antepasados "Mens sana in corpore sano" (Juvenal, siglo I d.C).

Si queréis ampliar información sobre este tema, lee estos artículos, seguro que te gustarán.

  • Hillman, CH (2008). Efectos del ejercicio físico sobre el cerebro [enlace]
  • Donnelly, Hillman et al (2016). Una revisión sobre la relación entre actividad física, condición física, rendimiento cognitivo y académico [enlace]
  • Hillman et al (2017). Efectos de la actividad física sobre el cerebro y la cognición [enlace]
 
Infograma sobre Actividad Física y Cerebro (@dnardoy)

 

Información adicional

Enlace a ¿Qué es la Neuroeducacion?

https://www.ub.edu/geneticaclasses/davidbueno/Articles_de_divulgacio_i_opinio/Altres/Neuroeducacion-QUO.pdf

 

En Hardvard ya están investigando sobre esta temática https://www.gse.harvard.edu/masters/mbe

El estudio titulado: Mente, Cerebro y Educación ya está en marcha. En líneas generales de esto trata el estudio:

Los avances en la biología y la neurociencia están mostrando cómo el cerebro de un niño y el desarrollo cognitivo son moldeadas por sus experiencias de aprendizaje y el medio ambiente. En lugar de debatir la naturaleza versus la crianza, ahora sabemos que la "naturaleza" - nuestro ADN y ARN - es mucho más fluida y compleja de lo que imaginamos. El aprendizaje, a su vez, afecta al cerebro y sus capacidades. En el Programa Mente, Cerebro y Educación (MBE), se expondrán los últimos descubrimientos en biología y las ciencias cognitivas sobre cuestiones fundamentales de la educación, por ejemplo, cómo las personas aprenden y qué podemos hacer para mejorar el aprendizaje.

Estas grandes preguntas dan lugar a preguntas más específicas. En MBE, se puede investigar cuestiones importantes como:

¿Cómo afecta el bilingüismo desarrollo cognitivo en general?
¿Tienen relación los ciclos de sueño y el cerebro de los adolescentes con el rendimiento académico?
¿Qué factores biológicos y sociales contribuyen a la ansiedad ante las matemáticas? ¿Y cómo se relacionan?
¿Por qué algunos estudiantes con dislexia a menudo obtienen mejores resultados en la ciencia y el procesamiento visual?
¿Qué mejoras en las puntuaciones de las pruebas estandarizadas se correlacionan con la mejora de las habilidades cognitivas?